Andrew Luck ya no se enfrentará nunca más a Peyton Manning. Tras la retirada del astro algo después ganar su segundo anillo, Broncos y Colts protagonizarán un encuentro sin el morbo de otros años. Este domingo por la noche los de Indianapolis viajan a Denver a verse las caras contra una de las mejores defensas de la NFL.
En esta última época, estos dos equipos se han enfrentado en cuatro ocasiones, con tres victorias para los de la herradura. El año pasado, habiendo realizado un año horrible, la ofensiva fue capaz de anotar más puntos y llevarse el partido. No hay que olvidar tampoco que, aquel día, Andrew Luck salió con el abdomen y un riñón lesionados, heridas de guerra que no le permitieron seguir jugando durante lo que quedaba de temporada.
Los Denver Broncos, vigentes campeones, intentarán desmontar a una defensa que ya dio síntomas de fatalidad la pasada jornada. Cuentan con un peligro por tierra como es C.J. Anderson, y es posible que intenten explotar al máximo el mal momento de la defensiva visitante. En defensa sacarán todas sus armas para frenar a la ofensiva Colt. Von Miller es una auténtica bestia y uno de los mejores jugadores de la liga, pero no está solo. Hay que sumarle a T.J. Ward, Brandon Marshall, Aqib Talib o DeMarcus Ware. Un sistema agresivo que apuesta por una presión constante, pondrá a prueba a la línea ofensiva de los Colts.
A estas alturas, y habiendo perdido su primer partido contra los Lions, los Colts no tienen más remedio que intentar llevarse una victoria como sea. No salen precisamente como favoritos, pero no sería la primera vez que le ganan a estos Broncos con las casas de apuestas en contra. El ataque parece funcionar bajo la batuta de un Andrew Luck recuperado y que vuelve a brillar. Surgen ciertas incógnitas, ya que un jugador de la importancia de T.Y. Hilton tiene una pequeña lesión en la rodilla y se ha perdido algún entrenamiento. Además, el juego de carrera no ha terminado de despertar. Recaerá la responsabilidad de resucitarlo en Frank Gore y Robert Turbin. Como se vio la semana pasada, la línea ofensiva, que había dado muchos dolores de cabeza durante la pretemporada, pareció funcionar y, tras un primer cuarto preocupante, terminó por hacer un buen partido.
En defensa las cosas han sido muy distintas. La unidad está muy tocada por las lesiones y, si bien los más jóvenes están dando un paso adelante para cubrir las ausencias, los titulares no han terminado de explotar. Contra los Lions se perdió el partido en defensa (también desde la banda, pero digamos que se perdió en defensa). Se fallaron muchos placajes. Se permitieron una cantidad ingente de pases cortos y medios. El pass rush fue prácticamente inexistente. Los defensive backs eran quemados por los receptores. Un auténtico desastre. La ofensiva de los Broncos no es la mejor de la liga, pero sí que puede poner en peligro el partido si los de la herradura no son capaces de frenarlos.
La jornada está marcada por la cantidad de jugadores lesionados en las filas de los Colts. Este domingo no jugarán Vontae Davis (tobillo), T.J. Green (rodilla), Patrick Robinson (conmoción) ni Henry Anderson (aún recuperándose de la lesión del año pasado). Salen marcados como cuestionables otros tantos. Darius Butler (tobillo), Clayton Geathers (pie), Antonio Cromartie (tendón), Zach Kerr (pie), Kendall Langford (rodilla), Robert Mathis (pie) y Trent Cole (espalda). La lista parece interminable y el nivel de juego defensivo dependerá en gran parte de cuántos de estos jugadores con estado cuestionable puedan saltar finalmente al terreno de juego.
Un partido importante para ambos equipos. Los Broncos quieren mantener su racha tras la victoria contra Carolina en la primera jornada. Los Colts necesitan reinventarse y mostrar al mundo que siguen siendo capaces de vencer a los de Colorado. Andrew Luck ya no se enfrentará nunca más a Peyton Manning, pero tendrá en frente a una de las mejores defensas del mundo, que no es poco.
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