martes, 12 de julio de 2016

Pieza a pieza 2016 (6ª parte - TIGHT ENDS)



Después de haber presumido de tener una de las mejores parejas de alas cerradas de toda la competición, la temporada pasada, brillaron por su ausencia. Dicen que el esquema no les benefició. Pep Hamilton se olvidó casi por completo de ellos, y Rob Chudzinski tuvo problemas más graves que solventar que darle más protagonismo a sus TEs (entre ellos la lesión de Andrew Luck).

Hace tiempo sabíamos que durante esta offseason, debido al mega-contrato de Luck, por cuestiones de espacio salarial, habría que prescindir de uno de los dos titulares. Ambos llegaron en el draft de 2012 como segunda y tercera selección respectivamente. La franquicia ha decidido apostar por Allen en detrimento de Fleener, que hace meses es jugador de los Saints.

No ha debido ser una decisión fácil. Ya hemos hablado en varias ocasiones sobre las diferencias entre ambos jugadores. Mientras que Coby Fleener ha sido un jugador constante, que sabía desmarcarse con facilidad (la misma que tenía para dejar caer balones claros al suelo), Dwayne Allen ha sido más completo, muy bueno como bloqueador y letal en la zona de anotación.

Las comparaciones poco importan, ya que la franquicia se ha decidido por Dwayne Allen. Durante su año de novato impresionó por su nivel de juego y compromiso. Además de mostrarse como un excelente bloqueador en la línea, en 16 partidos como titular consiguió 45 recepciones para 521 yardas y 3 anotaciones. Sobre esos números habría que matizar que compartió escenario con Coby Fleener, segunda ronda, compañero de habitación y diana favorita de Andrew Luck en Stanford. La siguiente temporada se la perdió al completo por una lesión. En 2014, a pesar de haber sufrido varios problemas físicos que mermaron su nivel y su participación, se rubricó como monstruo de la end zone y consiguió 8 touchdowns (todo esto con Fleener al lado, por supuesto). El año pasado no brilló precisamente, pero como decíamos, la presencia aérea de los tight ends se vio muy, muy reducida. Es un jugador completo con ciertos problemas de durabilidad. Los Colts se lo han jugado todo a la carta más arriesgada.

Como segundo TE, el equipo cuenta con un Jack Doyle que ya ha demostrado que se puede confiar en él. Ya sea por el factor sorpresa, o por su saber hacer, o por la suma de ambas cosas, cuando Doyle ha tenido que jugar con el balón ha sabido responder con contundencia. Hemos dicho de él varias veces que es un trabajador incansable, un hombre de equipo y un luchador que no se amedrenta cuando tiene que tomar responsabilidades. Con la salida de Fleener a los Saints, Doyle tiene la oportunidad de hacerse valer, de demostrar que no sólo funciona porque nadie espera que vayan a lanzarle el balón. Veremos cómo lo hace con toda la atención puesta sobre él.

Para crear un poco de profundidad, el equipo cuenta con gente como Erik Swoope. Un tipo que no llegó a ser elegido en el draft y que venía de jugar al baloncesto en su etapa universitaria. Siempre hemos escuchado hablar bien sobre sus condiciones y su rápida adaptación al football. De algún modo ha conseguido generar ciertas expectativas entre algunos fans. Lo cierto es que apenas ha aparecido en un encuentro de liga regular y tiene todo por demostrar.

Otra posible joya entre los jugadores no drafteados podría estar en Mike Miller. Recién contratado como no-elegido, ha conseguido llamar la atención del entrenador principal Chuck Pagano y su coordinador ofensivo Rob Chudzinski. Un tipo grande como un árbol, con mucho potencial, pero mucho espacio de mejora. Algunos medios afines a la franquicia apuntan a que habrá que estar atento a su trabajo durante la pretemporada.

Si el resto de las unidades de la ofensiva vuelven a funcionar en conjunto, los tight ends lo tendrán fácil para recuperar el protagonismo al que nos tenían acostumbrados. A nada que el trabajo de la línea funcione como es debido, y Andrew Luck recupere su mojo, la posición podría verse muy beneficiada. La baja de Coby Fleener deja un gran hueco, pero si Dwayne Allen consigue mantenerse sano, podría volver a ser una pieza imprescindible.




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