Quizás el tiempo nos ponga en nuestro sitio, pero creemos que una de las mejores cosas que han hecho los Titans en los últimos tiempos ha sido conseguir a Marcus Mariota con su segunda elección global del pasado draft. Al equipo le faltaba gancho y eso es precisamente lo que aporta el ex de los Ducks de Oregon. Mañana domingo, tras un inicio nefasto de dos derrotas, los Colts se enfrentarán a unos Titans con ganas de hacer ruido y crear titulares.
El equipo de la herradura, y en concreto su ofensiva, ha sufrido lo suyo durante las dos primeras jornadas del año. Aquel proyecto que apenas hace unas semanas parecía abocado al éxito, hoy plantea serias dudas sobre su consistencia. Ya no es un secreto para nadie la mala relación entre el entrenador principal y el director general. Los medios dan por hecho que este será el último año de Chuck Pagano en la franquicia, pero, ¿y Ryan Grigson?, ¿acaso tiene asegurado su cargo? Nada es seguro. Ambos andan en la cuerda floja y hay posibilidades de que la próxima temporada haya un cambio radical de aires tanto en el cuerpo técnico como en la dirección general.
Más allá de los problemas que pueda haber fuera del campo de juego, los Colts tienen que olvidar por completo las dos últimas semanas y empezar de nuevo. Otro año hubiéramos dicho que este era un partido perfecto para que el equipo se trajera una victoria fácil a casa que subiera la moral y diera energía al equipo para seguir adelante. El caso es que este año, el duelo divisional puede complicar las aspiraciones reales de los Colts si no se gana. Es una incógnita cómo se van a desarrollar las cosas en el terreno de juego en Nashville.
Los Titans vienen de ganar a los Buccaneers en Tampa Bay, y perder contra los Browns en Cleveland. Hasta ahora han dado mejores sensaciones que el año pasado, pero eso tampoco era muy difícil. La defensa cuenta con buenos linebackers que pueden poner en apuros a la línea ofensiva Colt, que se ha mostrado como la pieza más débil de todo el equipo. En ataque cuentan con Mariota. Por el momento sus estadísticas son de lujo, a pesar de contar con una OL aún peor que la de Indy. Marcus ha completado 34 de los 53 pases que ha lanzado para 466 yardas, seis touchdowns y cero intercepciones. El hawaiano tiene el passer rating más alto de la liga por el momento con 129,9.
La defensa de los Colts no ha sido el problema hasta ahora, ni siquiera ha sido "un problema". La línea, que era una de las unidades que más dudas creaba, está reaccionando de lujo. David Parry se ha adaptado al ritmo de la NFL a la perfección. Kendall Langford está respondiendo muy bien. Y Henry Anderson ya está considerado como uno de los mejores rookies hasta el momento. Sin embargo, el pass rush sigue siendo inexistente. Robert Mathis participó por primera vez la semana pasada contra los Jets, y lo hizo con cuentagotas. Trent Cole y Jonathan Newsome tienen que dar un paso adelante y aprovechar la fragilidad de la OL local para apurar al máximo a Mariota y, de ser posible, hacerle morder el polvo un par de veces o tres. Los Browns lo tiraron al suelo 7 veces y lo golpearon otras 11. Con un cuerpo de cornerbacks plagado de lesiones y con varios jugadores suplentes acompañando a Vontae Davis, si no funciona el pass rush, las cosas se podrían complicar por arriba.
Hoy por hoy, la ofensiva de los Colts es la que menos puntos ha anotado. El mayor problema ha sido la línea ofensiva, pero no ha sido el único. Andrew Luck ha jugado muy lejos del nivel que se espera de un jugador de sus características y su trayectoria. Que sí, que la línea ofensiva ha sido un coladero, sobre todo por el centro, pero Luck no ha estado fino y ha tomado malas decisiones. A lo largo de estos tres años como Colt, nos ha demostrado que tiene sangre de sobra para sobreponerse de un inicio de liga nefasto, pero lo cierto es que hasta ahora no lo habíamos visto jugar así de mal. Se supone que un QB de élite no puede tener partidos malos. Ni uno. Y Luck lleva 3 seguidos (contando por supuesto la final de la AFC en la que no supo sobresalir en absoluto). Creemos y esperamos que mañana domingo saldrá al campo más concentrado que nunca y con la motivación extra que la situación actual del equipo debería generar en un luchador como él.
Sus compañeros no pueden quedarse atrás. Frank Gore tiene que quitarse la espina del fumble del lunes pasado con una actuación memorable. Ha demostrado que está en forma y que sigue reconociendo el hueco por pequeño que sea. El que fuera buque insignia de los 49ers debe seguir marcando la pauta en el juego de carrera como ha hecho en durante la última década junto a los de la bahía.
Los receptores tienen que despertar y crear separaciones, aunque Luck tenga que lanzar apurado. Hasta ahora el mejor ha sido Donte Moncrief. Este puede ser su año. Si no es la rodilla es Darrelle Revis, es caso es que T.Y. Hilton aún no ha justificado el sueldo millonario que prácticamente acaba de firmar. Y ese tipo que lleva el #81, ¿quién es y qué ha hecho con Andre Johnson? ¿Estará secuestrado en un platillo volante, en unas instalaciones secretas del gobierno, en el triángulo de las bermudas? En el estado de Indiana ya se están viendo cartones de leche con su foto y un cartel que dice: desaparecido.
Hasta el momento, el juego de los tight ends ha sido nulo. La que ha sido una de las mejores armas de los Colts durante los últimos tres años, está siendo desaprovechada por completo. ¡Que esto no es Seattle! Tanto Pep Hamilton como coordinador ofensivo como Andew Luck deberían confiar más en sus TEs. El que escribe los tiene a los dos en el fantasy, así que no hay más que hablar. Fuera de bromas, si la línea sigue sin responder, una excelente opción para lanzar rápido son las rutas rectas y cortas que pueden aportar Coby Fleener y Jack Doyle (Dwayne Allen aún se está recuperando de su enésima lesión).
Hay que ganar como sea. Aguantando un resultado ajustado, con poco puntaje, o de paliza desmoralizadora, en el último segundo con un field goal o dominando desde el primer cuarto. Hay que ganar de cualquier forma. Haciendo trampas si es necesario. Metiéndole el dedo en el ojo al rival y pinchándole en el trasero con alfileres. Como sea. Da igual jugar mal o jugar bien, hay que ganar.
Y si se quiere ganar, repitan con nosotros el que ya se está convirtiendo en un mantra para cualquier aficionado Colt: hay que evitar cometer faltas estúpidas, hay que ganar una buena posición de campo y separar al rival de la end zone el máximo número de yardas posibles y sobre todo hay que proteger el balón a toda costa. Si los de la herradura siguen al pie de la letra esos tres principios, la victoria debería estar asegurada. Sobre el papel, Indianapolis tiene mucho más talento y experiencia que Tennesse. Hay que aprovechar que en Nashville la peña es fan de Peyton Manning, el público es en general frío, y la liga más seguida, la universitaria.
Se avecinan tiempos de cambio. La falta de entendimiento entre Pagano y Grigson está haciendo mella en una plantilla que debería olvidar por un momento los problemas internos y centrarse en el juego. Hay que mantener la racha de 13 partidos ganando partidos divisionales. La AFC Sur sólo puede tener un nombre, y ese nombre es el de los Indianapolis Colts. Andrew Luck tiene que demostrar que sigue siendo el jugador más prometedor de la liga y eclipsar por completo a un Marcus Mariota que le aporta fuelle y carisma a raudales a nuestros vecinos de división.
Fotografía: Donn Jones
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