Que los Colts de Indianapolis llevan desde principios de año pasado con problemas no es un secreto para nadie. Este domingo por la tarde, lograron vencer en casa a unos Chicago Bears que estuvieron cerca de aguarles la fiesta.
A pesar de la victoria, la imagen que está dando el equipo, sobre todo en defensa, no es la mejor. Los aficionados empiezan a hablar sobre la decisión de Jim Irsay de mantener en cartera al entrenador principal y al director general. Las malas decisiones sobre la plantilla, la mala gestión, la falta de preparación, las excusas baratas y los pésimos resultados se están convirtiendo en una bomba de relojería que en algún momento terminará por explotar sobre las cabezas de Chuck Pagano y Ryan Grigson.
Los Bears, con sus limitaciones en defensa y en ataque, consiguieron poner en aprietos a los de la herradura. Brian Hoyer, QB suplente, completó 33 de los 43 pases que lanzó, para 397 yardas y dos touchdowns. No está mal para el sustituto de Jay Cutler. Contra la carrera las cosas no fueron mucho mejor. Jordan Howard, novato llegado desde la universidad de Indiana, consiguió hacerle a la defensa 118 yardas desde scrimmage en tan sólo 16 acarreos. La secundaria se cae a pedazos. Los ILBs fallan contra la carrera y también en cobertura. El pass rush ni está, ni se le espera. El exterior es un territorio desconocido y salvaje que nadie es capaz de contener. Se fallan placajes. Se cometen muchas faltas. Un auténtico desastre. Ahora mismo, la unidad defensiva está teniendo demasiados problemas. ¿Falta de talento? ¿Fallo del esquema? ¿Ambas cosas?
En ataque las cosas no fueron tan mal. Se cumplió y se consiguió anotar algunos puntos, pero se vieron en aprietos al llegar a la red zone y tuvieron que chutarse hasta cinco field goals. Ya que no se puede confiar en la defensa, habría que trabajar duro para que la el ataque sea capaz de rematar y conseguir el máximo número posible de puntos.
La línea ofensiva sigue pasándolo mal. Es cierto que el juego de carrera se vio beneficiado por el trabajo de la OL, pero se vuelve a fallar protegiendo el pase. Se permitieron cinco sacks. Cinco. Anthony Castonzo no está rindiendo al nivel que se esperaba de él. Joe Reitz ha pasado a ser suplente como tackle derecho, y en su lugar el cuerpo técnico apuesta por un Joe Haeg que no lo está haciendo mal, pero que aún está muy verde. A pesar de todo, Andrew Luck consiguió completar 28 de los 39 pases que lanzó para 322 yardas y 2 touchdowns. T.Y. Hilton mantiene una forma envidiable y sigue siendo la diana favorita de su QB. Con 10 recepciones consiguió acumular 171 yardas y una anotación.
Frank Gore sigue sin llegar a las 100 yardas en un partido, pero el domingo aprovechó al máximo los huecos que le abría la línea y consiguió 75 yardas de carrera en 14 acarreos (5,4 por acarreo). El abuelo no lo está haciendo nada mal.
Mención especial para otro veterano (El Veterano). Adam Vinatieri consiguió cinco field goals (de 54, 53, 46, 42 y 26 yardas). Automático.
Más allá de los destellos de calidad de algún miembro de la ofensiva, más allá del talento del QB mejor pagado del planeta, hay un problema de fondo en la defensiva. Siempre es difícil asimilar un esquema nuevo y adaptarse a él, pero el lenguaje de la escuela de Baltimore es el mismo. Se está fallando a muchos niveles.
Aún con todo, la próxima semana, los Colts tienen la oportunidad de colocarse primeros en la división. Los Texans han sido siempre un equipo al que se le ganaba. Este año, y a pesar de no contar con J.J. Watt, cualquier cosa es posible. ¿Será la defensa capaz de recomponerse un poco y frenar a los de Houston? ¿Será el ataque capaz de anotar los puntos que sean necesarios para que no sea necesario apenas jugar en defensa? Hagan lo que hagan, si son capaces de ganar, se harán con el liderato de la AFC Sur, que tampoco es una tontería.
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