lunes, 27 de junio de 2016

Pieza a pieza 2016 (4ª parte - BACKFIELD)



La llegada de Frank Gore a los Colts durante la pasada offseason desde San Francisco, fue uno de los mejores movimientos de aquella agencia libre de locura. Los aficionados aplaudimos la decisión (aunque es cierto que también aplaudimos la de Andre Johnson) y soñamos con un backfield fuerte que diera opciones al juego de pase.

El descalabro de la ofensiva el año pasado es algo en lo que hemos vertido ríos de tinta virtual. Nada pareció funcionar. Ni el pase, ni la carrera. Ya dijimos en nuestra entrada anterior que parte del problema vino desde la línea ofensiva. Un tipazo como Gore sudó sangre para quedarse a las puertas de las mil yardas y comentó que había sido el año más duro de su carrera. A pesar del aporte del veterano, dio la sensación, en algunos momentos, de que no había un juego terrestre serio. Los corredores se estampaban contra las líneas defensivas rivales. Apenas se abrieron huecos. Desde la banda no se tomaron buenas decisiones a la hora de elegir las jugadas (al menos hasta la salida de Pep Hamilton). El juego de pase no funcionó, y la carrera no pudo ser el complemento que esperábamos a un ataque que muchos habían definido como unidimensional.

Durante la presente offseason, los Colts han hecho pocos movimientos en la agencia libre, y han realizado un draft en el que todas las elecciones de ofensiva han sido para la línea. Uno de los refuerzos que llegó en la FA fue precisamente un corredor. Robert Turbin viene de haber sido drafteado por los Seahawks y jugar como suplente de Marshawn Lynch durante tres años. La temporada pasada jugó para Browns y Cowboys sin destacar demasiado. Es un tipo fiable que ha crecido a la sombra de uno de los mejores de la historia, tiene buen control del balón y sabe recibir pases. Es un buen complemento para darle algo de descanso a Frank Gore. En función de cómo lo haga el resto de los corredores durante el verano, es muy posible que sea el número dos (para eso se le ha traído), por lo que podremos verlo sobre el campo y valorar cuál será su impacto.

Al final de la temporada llegó Trey Williams, un corredor de Texas A&M que ha pasado por Cowboys y Patriots, y que llegó a jugar en un par de snaps.

Los Colts conservan también a Tyler Varga, jugador no drafteado que llegó el año anterior, que dio muy buenas sensaciones, pero que ha tenido una guerra muy dura contra las conmociones. Está listo para volver a jugar y querrá demostrar que el potencial sigue ahí.

También como no elegido, pero llegado este mismo año, Josh Ferguson de la universidad de Illinois, un tipo que ha gustado mucho y que pocos esperaban ver sin equipo tras el final del draft. Aquí hablamos de él en uno de nuestros mocks. Es un tipo explosivo que podría dar la sorpresa. Hasta el momento no ha dejado de destacar.

Junto a todos ellos, el auténtico jefe del backfield, Frank Gore. Tras un año duro en que acumuló una media de menos de 4 yardas por carrera, el veterano consiguió darle algo de vida al juego terrestre. Fue capaz de encontrar el hueco donde lo no había y vimos cómo cansaba con su constancia a las defensas rivales. Tuvo sus problemas al inicio del campeonato, con un par de fumbles muy feos en la línea de anotación. Tampoco se le dio bien el juego aéreo. Sin embargo, dio la sensación de no dejar de pelear y hubo partidos que se ganaron en una gran parte por su trabajo y su genio. Parece que al de la U aún le queda algo de gasolina en el tanque. Con una línea ofensiva un poco más decente (como parece que tendrá delante de él) y algo de descarga de trabajo, podría lucir como un tipo de su calidad debería lucir.

No se para de escuchar que esta es una liga de pase, pero sin un buen juego de carrera que lo apoye, no hay ofensiva que pueda explotar todo su potencial aéreo. Con Andrew Luck y sus receptores y TEs al máximo, con una línea que debería mejorar, el juego de carrera tiene que ser un factor importante a la hora de ganar partidos. Un ataque que obliga a meter defensas a la caja, que puede funcionar con play actions y resto de jugadas de engaño, se vuelve imprevisible, letal y un dolor de cabeza para cualquier coordinador defensivo. Veremos si los Colts son capaces de aprovechar los cambios y el talento de su corredor titular para evitar que la ofensiva vuelva a ser calificada de unidimensional.




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