CORREDORES: B-
Lo hemos repetido una infinidad de veces: este no ha sido el mejor año de la ofensiva. Todo empezó con los problemas sobre el campo de Andrew Luck y sus lesiones, esquemas tácticos insuficientes y una línea demasiado porosa. A pesar de todo, un poco a trompicones, el backfield ha funcionado algo mejor.
El protagonista absoluto ha sido Frank Gore. El corredor llegó en la agencia libre desde los 49ers como uno de los movimientos más fuertes. Es cierto que se esperaba algo más de él, pero no ha decepcionado como han hecho otras adiciones.
Comenzó la competición cometiendo varios fumbles en la línea de gol. Muchos nos echamos las manos a la cabeza y pensamos que el que iba a ser el fichaje más importante de la agencia libre se convertía en un bluf. No fue así. Gore respondió y no ha vuelto a tener problemas de ese estilo, pero no ha rendido al máximo. Tras el último partido aseguraba que había sido su temporada más dura. Gore estaba enfadado, y razones no le faltaban.
Ha conseguido unos números que, si bien no son los de una gran estrella, sí que han sido los mejores conseguidos por un corredor de los Colts en los últimos años. Recordamos cómo al inicio de la liga, Chuck Pagano decía que no querían quemarlo, que no iba a cargarle con todo el peso del backfield para que estuviera fresco en playoffs. Las lesiones y el mal hacer de sus compañeros obligaron al cuerpo técnico a darle el balón en muchas más ocasiones de las que les hubiera gustado en un principio. Y Gore respondió.
En 16 partidos como titular ha acumulado 260 acarreos para 967 yardas (3,7 por intento) y 6 touchdowns; a los que hay que sumar 34 recepciones para 267 yardas (7,9 por intento) y una anotación. Podría haberlo hecho mejor, no hay duda, le han robado el balón en cuatro ocasiones y no ha brillado como receptor, pero ha sido el mejor corredor que los Colts han tenido en los últimos tiempos. Ha jugado tras una línea ofensiva que no sabe abrir huecos, con una serie de quarterbacks que no han supuesto un verdadero peligro y se ha quedado a 33 yardas de conseguir el objetivo de superar las mil yardas, algo que no se consigue en Indianapolis desde tiempos de Joseph Addai. Se ha visto que es un tipo incansable y competitivo que ha luchado por sobresalir. Sigue encontrando el hueco donde no lo hay, y sigue condicionando a las defensas con su mera presencia. Tiene contrato con los Colts hasta el año que viene, que cumplirá 33 años. Muchos dicen que debería seguir siendo el corredor titular al menos una campaña más y desde 4th Quarter Comeback estamos de acuerdo.
Entre unas cosas y otras, el segundo corredor del equipo ha sido Zurlon Tipton. Ya el año pasado, por culpa de las lesiones, tuvo su oportunidad de jugar. Esta vez lo ha hecho como backup en 10 partidos, pero apenas ha tenido protagonismo. Se ha prescindido de él poco antes de que terminara la temporada.
El resto del backfield ha sufrido mucho por la inestabilidad que aportan las lesiones continuas. Dan Herron iba a ser el número dos tras Gore, pero se lesionó en la pretemporada, fue liberado, pasó por los Bills, y regresó al equipo hacia el final de la temporada.
Otro que ha vuelto a los Colts ha sido Ahmad Bradshaw, y con él se ha vuelto a repetir el guion de otros años. Mientras ha estado sano ha sido un peligro en el campo, sobre todo por aire, pero esta vez apenas ha durado seis partidos entero.
Josh Robinson llegaba en la sexta ronda del draft. Había creado buenas expectativas y se hizo con un hueco en la plantilla, pero apenas ha jugado seis partidos. Problemas con la protección del balón lo relegaron al practice squad.
Otra promesa de la pretemporada fue Tyler Varga. Fue contratado como undrafted y parecía un buen aporte para el cuerpo de corredores, pero tras tres partidos fue puesto en la injured reserve. Por lo que hemos podido ver de él, merecería la pena conservarlo y ver qué es capaz de hacer en el training camp.
El último en llegar ha sido Trey Williams, que jugó los dos últimos partidos. Su aporte ha sido mínimo (2 carreras para 12 yardas), pero hay quién dice que podría ser una buena apuesta de futuro.
Sin haber sido un año excelente para el backfield, sí que ha habido una mejora respecto a la temporada anterior. No es seguro que a Gore le quede gasolina, pero tiene vigente su contrato y sería una tontería no darle de nuevo la titularidad. A nada que la línea ofensiva mejore un poco y Andrew Luck se mantenga sano y al nivel que nos tenía acostumbrados, el juego de carrera puede verse muy beneficiado.
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