viernes, 5 de febrero de 2016

Poniéndole nota a los Colts - 2015 (2ª parte - WR).



RECEPTORES: C+

Al inicio de la temporada, parecía que el cuerpo de receptores de los Colts iba a ser uno de los más potentes de la competición. El carrusel de quarterbacks que les ha lanzado el balón, sumado a la mala actuación de algunos de sus miembros, han hecho que la unidad no cumpliera en absoluto con las expectativas creadas.

A pesar de todo, a pesar de los malos resultados, hay esperanza en un grupo comandado por tres hombres jóvenes que tienen mucho por hacer.

No podríamos decir que T.Y. Hilton haya tenido un mal año si nos ceñimos a sus estadísticas. Ha atrapado 69 recepciones (de 135 pases lanzados hacia él) para 1.124 yardas (16,3 por recepción) y cinco touchdowns, consiguiendo, además, 49 primeros downs. No son los números del año pasado, pero teniendo en cuenta el bajo rendimiento en la posición de QB, y de toda la ofensiva en general, el chaval ha cumplido más que de sobra. Entraba este año con un contrato nuevo del que salía favorecido, pero la incapacidad del resto del ataque no le ha dejado sobresalir como seguramente le hubiera gustado.

Queda mucho Hilton todavía. Es un receptor joven, pero que acumula ya cierta experiencia. Con su QB franquicia lanzándole durante toda la temporada la cosa debería cambiar. El salto debería ser evidente. No sería raro que siguiese siendo el WR1 durante unos cuantos años.

Muchos decíamos que este iba a ser el año de Donte Moncrief. En su temporada de sophomore ha atrapado 64 recepciones (de 105 pases lanzado hacia él) para 733 yardas (11,5 por recepción) y seis anotaciones. A pesar de los problemas de la ofensiva, ha dado un paso adelante y ha aparecido cuando más falta hacía. Su lugar junto a Hilton es prácticamente un hecho, y entre ambos forman el núcleo duro del cuerpo de receptores.

Sin embargo, una de las estrellas traídas en la agencia libre que más hype había generado, no ha rendido como se esperaba. Andre Johnson llegaba para aportar experiencia y peligro en la end zone. Le ha costado muchísimo adaptarse al ritmo del equipo y ha estado desaparecido durante la mayoría de la temporada. Ha sido un bluf absoluto. Ha cazado 41 pases para 503 yardas (12,4 por recepción) y cuatro touchdowns. Muchos de estos números conseguidos en los últimos partidos del año. La edad y la falta de compromiso o de adaptabilidad pueden haber sido factores para pensar en dar por terminada su andadura con los Colts. Con su cese se rebañaría un buen pedazo del tope salarial. Unos 5 millones de dólares que podrían gastarse en jugadores que supongan una mejora en puestos de mayor necesidad.

Parte del futuro de la posición pasa por Phillip Dorsett, la primera elección del último draft. El novato ha sufrido con las lesiones, perdiéndose 5 partidos. No es un jugador muy popular entre los aficionados, pero tiene la oportunidad de convertirse en la tercera punta de un tridente que podría ser letal. Entre unas cosas y otras, ha atrapado 18 recepciones para 225 yardas y una anotación. Tiene una velocidad endiablada y talento para mejorar. Con Johnson prácticamente fuera del cuadro del próximo año, no sería una tontería que Dorsett se convirtiera en una de las piezas importantes de la ofensiva.

Lo de Griff Whalen da para escribir una novela. El de Stanford ha sido muy criticado por los fans. En los últimos años se ha caracterizado por hacer unas pretemporadas brillantes, para desinflarse una vez que empezaba lo serio. Ha tenido muchos problemas como retornador, pero se ha consolidado como una buena opción que da profundidad a la posición. Tiene buena química con Andrew Luck, y este año ha progresado considerablemente. A pesar del fiasco como center en ya-sabes-qué-jugada, cuando ha salido como receptor ha conseguido atrapar 19 pases para 205 yardas y una anotación. Su futuro como Colt es incierto, pero desde 4th Quarter Comeback creemos que es una buena opción que aporta solidez cuando es necesario.

Si la nota que le damos a la unidad no es más alta, es por el fiasco de Andre Johnson. El futuro de la posición recae en tres hombres jóvenes y explosivos que, bajo la batuta de un Andrew Luck sano, pueden llegar bastante lejos. Si se sigue apostando por un backfield capaz de condicionar las defensas, y se confía en el talento del QB franquicia, el cuerpo de receptores verá que su papel y su rendimiento suben como la espuma.

Este ha sido un año para olvidar en muchos aspectos, y a pesar de todos los problemas, varios receptores han mantenido el barco a flote hasta que el hundimiento ha sido totalmente inevitable. Los números que puedan conseguir Hilton, Moncrief y Dorsett podrían sorprendernos si el resto de las piezas del ataque funcionan mejor que este último año.







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