Este domingo a las 19:00 de la tarde, hora española (1:00 PM, hora de Nueva York), los Indianapolis Colts se enfrentarán a los Cincinnati Bengals en el Lucas Oil Stadium. Los de azul y blanco buscarán la revancha del último partido jugado el año pasado, en el que los Bengals se impusieron por 42 a 28 en el Paul Brown Stadium, en Cincinnati, con una actuación estelar de los árbitros, que no fueron capaces de ver lo que todos los demás vimos y dejaron fuera del partido a los Colts. Un recuerdo amargo que hay que soterrar en el olvido con una victoria.
Dadas las circunstancias, a los Colts no les está yendo del todo mal este año. Mirando hacia atrás con algo más de perspectiva, uno se da cuenta de quizás se hayan sobredimensionado tanto las derrotas contra Denver y Philadelphia como las victorias contra Jacksonville y Tennessee. Se perdió contra dos grandes equipos y se ganó contra dos de los peores. Es cierto que contra Baltimore se jugó bien, sobre todo en defensa, pero contra Houston se sufrió hasta el último drive de los de Texas. No pongo en duda el empuje que dan cuatro victorias seguidas, pero para ganar a Cincinnati todo tiene que encajar. Habrá que dar el 100%, no cometer errores y aprovechar al máximo las ventajas que los Bengals ofrecen. Estoy seguro de que veremos un partido emocionante, y creo que los Colts pueden ganarlo si se mantienen concentrados.
Durante las tres primeras jornadas, los Bengals dieron muy buena impresión. Ganaron a Ravens, Falcons y Titans y mucha gente veía en el equipo de Cincinnati un duro contendiente con vistas al super bowl. Ahora mismo ni Falcons ni Titans parecen gran cosa. Tras su semana de descanso, los Bengals tuvieron la mala suerte de cruzarse en la cuarta jornada contra unos Patriots que necesitaban reafirmarse sí o sí. Tom Brady sacó al campeón que lleva dentro y le hizo un destrozo a los de naranja, demostrando que aún tiene mucho football y que el momento de pensar en retirarse aún no ha llegado. No importaba contra quién jugase ese partido y, si se hubiera dado el caso, no se habrían salvado ni los Dolphins de 1972. Aquel domingo le tocó a los Bengals. La semana pasada empataron contra los Panthers, en un partido de alto puntaje que no se consiguió ganar porque al kicker de los Bengals no le dio la gana anotar.
A pesar de que sobre el papel los Colts sean superiores los Bengals, estoy seguro (todo lo que este deporte impredecible me permite) de que será un enfrentamiento igualado. Las estadísticas se decantan claramente por el lado de los de Indianápolis. Tanto en ataque como en defensa, los números están de acuerdo en que los Colts son mejor equipo. El ataque de Indianapolis ha realizado una media de 444 yardas y 31,5 puntos por partido, el de Cincinnati 397 yardas y 26,8 puntos. En defensa, los Colts permitieron 340,5 yardas y 22,7 puntos de media por partido, los Bengals permitieron 398,8 yardas y 22,6 puntos. Un dato interesante y una ventaja que debe aprovechar el equipo local: los Bengals han convertido sólo 38,3% de los terceros downs, los Colts han permitido convertir en tercer down un 29,7% de las veces. Si no se permite que los visitantes muevan el balón con comodidad en el Lucas Oil, no será complicado hacerse con la victoria.
Las noticias no han dejado de hablar de la ausencia de A.J. Green por lesión. La estrella de los Bengals no saldrá al campo, pero eso no quiere decir que la ofensiva de Cincinatti no pueda anotar puntos. A pesar de la resistencia que pueda encontrar en los cornerbacks de los Colts, Mohamed Sanu no es manco y habrá que tenerlo controlado. Andy Dalton es un jugador con muy buena técnica, este año además parece que ha ganado algo en carácter. En cinco partidos lleva 1249 yardas, 6 TD y 3 intercepciones. Además de un TD de recepción. Sí, sí, de recepción. Giovani Bernard está realizando una temporada destacable y suma más de 600 yardas entre carreras y recepciones.
Los Bengals son un equipo con un juego de ataque compensado. Juegan bien por arriba y lo hacen bien también por tierra. Contra esta ofensiva, 5ta en el ranking de la liga, se encontrarán una defensa que ha sabido parar la carrera, que ha visto cómo resucitaba el pass rush y que cuenta con unos cornerbacks excelentes (aunque las últimas noticias dicen que el nickle Darius Butler no jugará). El problema de la secundaria está en el centro, veremos qué partido hacen los safeties, aunque por el momento Segio Brown parece una mejor opción que LaRon Landry, que sigue suspendido. Si Andy Dalton consigue conectar con sus tight ends o con corredores que salgan desde el backfield, el partido se puede complicar para los Colts.
La defensa de Cincinnatti no es tan temible como aparenta, pero sabe hacer su trabajo, sobre todo contra el pase. Está en el puesto 28 del ranking de la NFL. La semana pasada les colaron 37 puntos. La anterior 43. El ataque de Indianapolis es el primero. Primero en pase y decimosexto en carrera. El ranking defensivo que ostentan los Bengals es algo engañoso, pues aunque cuentan con una de las peores defensas contra la carrera, su secundaria es de las más efectivas de la liga, si no es la mejor. Indianapolis tendrá que insistir por tierra para darle opciones al pase. Los seguidores de los Colts sabemos que el coodinador ofensivo Pep Hamilton es un amante del power running. Es cierto que últimamente se ha rendido a los encantos de Andrew Luck y su séquito de receptores y tight ends de lujo, y bien que ha hecho rindiéndose, pero eso no quita para que su vocación ofensiva sea de carrera. El domingo tendrá la oportunidad, junto con Ahmad Bradshaw y Trent Richardson, de despejar las dudas que el juego terrestre está sembrando. La línea tiene que aprender a abrir mejores caminos, y no hay mejor partido que el próximo para sumar yardas de carrera. La buena noticia es que los dos guards titulares vuelven al campo. Está claro que los Hiltons, Waynes, Allens y compañía tendrán su oportunidad, y nadie duda de que Andrew Luck intentará deslumbrar con su brazo a la temible secundaria de Cincinnati, pero eso no quita para que se intente castigar al contrario por medio del juego terrestre.
Los equipos especiales volverán a tener su papel decisivo. Es poco probable que veamos un nuevo onside kick, pero seguro que los Bengals están con la mosca detrás de la oreja. Lo importante es seguir obligando al rival a cruzar el campo entero en busca de puntos. Obligar a la ofensiva enemiga a empezar los drives por detrás de la yarda 15 está siendo un factor importante a la hora de ganar partidos.
Los Colts regresan de un mini bye tras haber jugado en jueves. Tienen que aprovechar la energía de las cuatro victorias consecutivas que llevan a la espalda y que el equipo está fresco. Las claves estarán en ser precavidos contra los big plays, aunque sea defendiendo de forma más conservadora, aprovechar la ventaja que la defensa de los Bengals ofrece contra la carrera, frenar en tercer down al ataque, y no dejar que Andy Dalton juegue cómodo. Hay que evitar los errores a toda costa y mejorar los snaps asegurando el balón. Los de Cincinati son un bloque duro y habrá que sacar todas las armas al campo si se les quiere ganar. Una victoria sacará la espina que tiene clavada el aficionado desde la temporada pasada, en la que un árbitro se empeñó en que los Colts no debían ganar ese partido.
Imagen: USATSI
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