viernes, 15 de enero de 2016

Annus Horribilis (Resumen de la temporada 2015/16 - primera parte).



Sumergidos de lleno en los playoffs, que este año no cuentan con la participación de los Indianapolis Colts, llega el momento de echar la vista atrás y hacer resumen de los acontecido durante la pasada temporada.

Las cosas no han sido como pintaban poco antes de empezar la competición. Se intentó montar un equipo campeón con vistas a corto plazo y la jugada ha salido mal. La plantilla que iba a ser contendiente a jugar el Super Bowl, se ha quedado fuera de playoffs.

El nivel de juego no ha sido el esperado. Las lesiones de Andrew Luck han sido un obstáculo insalvable que ha lastrado a la ofensiva y, por extensión, al resto del equipo. Es cierto que algunas de las adiciones no han funcionado como se esperaba, es cierto que algunos de los jugadores consagrados no han rendido al máximo, pero no hay que olvidar que cada snap pasa por el QB, y este año ha sido la posición más perjudicada.

Hagamos un poco de memoria. Empezábamos la última offseason con una agencia libre agresiva en la que se fichó a una serie de veteranos de nombre en posiciones clave que había que mejorar. Jugadores consagrados como Andre Johnson, Frank Gore, Todd Herremans, Trent Cole o Kendall Langford llegaban a Indianápolis con un objetivo en mente. Dicen que gallina vieja hace buen caldo, pues bien, de estos cinco mercenarios, dos han funcionado, los tres restantes no.

El rendimiento de un astro como Andre Johnson ha sido muy decepcionante. Vino de los Texans listo para convertirse en el sustituto de Reggie Wayne como WR2. Iba a aportar experiencia, físico y números de élite. Parece que Grigson se confundió con él, pues era a DeAndre Hopkins al que debería haberse traído y no a Johnson. Con la herradura en el casco, Johnson ha jugado 16 partidos, sólo 14 de ellos como titular, atrapando 41 recepciones para 503 yardas (12,3 por intento) y 4 touchdowns. En el partido final contra los Titans, le vimos anotar de un modo espectacular, pero es más que probable que sea la última vez que lo haga como Colt.

Todd Herremans llegó desde los Eagles con la esperanza de dar solidez a una línea con problemas. Un guard versátil y experimentado que ha conseguido mantenerse sano, pero relegado al banquillo por su mal hacer. Tampoco sería una sorpresa que dejara de formar parte de la plantilla en las próximas semanas.

Otro Eagle que ha sido una gran decepción es Trent Cole. Vino como panacea para un pass rush en horas bajas, y no ha sabido explotar como se esperaba que lo hiciera. Le ha costado muchísimo coger ritmo y, aunque durante los últimos partidos se le ha visto más participativo, ha sido tarde y poco. Otro que debería ver la puerta en aras de una mejora y una bajada de la media de edad de la plantilla. Durante esta temporada regular ha conseguido 32 placajes, 3 sacks, y un par de fumbles forzados.

Por el contrario, Frank Gore ha respondido bien. A pesar de un par de tropiezos en los que perdió el balón en la end zone al inicio de la liga, ha demostrado que sigue siendo un corredor fiable, entregado y capaz de encontrar el hueco y de crear peligro ante la d-line rival. La temporada que viene cumple 33 años, pero ya hay muchas voces que dicen que debería quedarse un año más. Durante una campaña en la que el ataque ha sido el punto más débil, Gore ha conseguido en 260 carreras, 967 yardas (3,7 por intento) y 6 touchdowns. Recibiendo se ha visto que no es la mejor opción, pero aún con todo ha conseguido atrapar 34 pases para 267 yardas (7,9 por intento) y una anotación.

Kendall Langford tampoco lo ha hecho nada mal. Llegó para afianzar la línea defensiva y ha sabido cumplir con su trabajo. Ha funcionado bien contra la carrera y contra el pase. Ha jugado un total de 16 partidos, todos como titular. Ha conseguido 38 placajes, 7 sacks y 3 pases defendidos. Este ha sido el mejor año de su carrera. Ha encajado a la perfección en la 3-4 de los Colts y se ha compenetrado muy bien con sus compañeros de línea.

Después de una agencia libre que prometía, llegó el esperado draft. A primera vista, y pesar de alguna decisión muy cuestionada, no parece que haya sido un mal año en este sentido. En primera ronda llegaba la elección más criticada de todas, Phillip Dorsett, receptor de la universidad de Florida, que llegaba cuando el puesto parecía estar perfectamente cubierto. Es un jugador muy rápido, de un perfil similar al de T.Y. Hilton. Los constantes cambios de QB, la ineficiencia general en ataque, así como una lesión que lo tuvo apartado del juego por al menos 5 jornadas, le han impedido sobresalir como podría esperarse de un jugador de primera ronda. Sus números de novato: 11 partidos jugados, 18 recepciones para 225 yardas (12,5 por intento) y un touchdown. A pesar de todo, no deja de ser una buena opción de futuro para acompañar a Hilton y a Moncrief, que, a decir verdad, tampoco han sobresalido este año.

Como segunda elección, ya en tercera ronda, llegó D'Joun Smith, cornerback de la universidad de Florida Atlantic. D'Joun empezó la pretemporada (tanto en los partidos como en el training camp) sufriendo mucho. Las lesiones lo han tenido apartado del campo demasiado y no se ha desarrollado como se esperaba. La posición necesita un refuerzo inminente y, por el momento, no parece que Smith vaya a ser una opción fiable a corto plazo.

Como tercera elección llegaba la joya de la corona de este draft. Henry Anderson, defensive end de la universidad de Stanford, ha sido una agradable sorpresa y un jugador a tener muy en cuenta para el futuro de la franquicia. Ha conseguido la admiración de propios y extraños y, hasta su lesión para toda la temporada en la jornada novena, estaba considerado uno de los posibles rookies del año. Su aporte contra el juego de carrera ha sido fundamental. Su presencia ha dado mucho empaque a la línea defensiva y esperamos que siga mejorando y aprendiendo durante muchos años como Colt.

Como cuarta elección se fichaba a Clayton Geathers, safety de la universidad de Central Florida. Otro gran aporte y un gran relevo para una secundaria en la que la edad comienza a ser un problema. Como novato ha impresionado, hasta el punto que algunos aficionados dicen que podría ser una mejor opción que Dwight Lowery o incluso el propio Mike Addams.

Como quinta elección uno de los grandes robos del pasado draft. Otro refuerzo de la universidad de Stanford para la línea defensiva. El tackle defensivo David Parry ha encajado a la perfección y se ha hecho con la titularidad desde el primer partido de la temporada. Su presión contra la OL es admirable, apoyando a sus compañeros para crear rutas de entrada al pocket y llegando a penetrar él mismo. Contra la carrera es una bestia y un ancla perfecta para esta d-line, que este año se ha visto muy superior a la de otros años.

En sexta ronda llegaba Josh Robinson, un corredor de la universidad de Mississippi State que creó unas expectativas interesantes en pretemporada, pero que no se ha desarrollado como se esperaba. Alguna lesión y la muestra de problemas para proteger el balón hicieron que fuera relegado al practice squad.

Como séptima elección llegaba Amarlo Herrera, linebacker interior de la universidad de Georgia. A pesar de una pretemporada bastante buena, en la que demostró madurez y capacidad de trabajo y liderazgo, no fue capaz de aguantar en el roster de 53 hombres, pasando también a formar parte de la escuadra de prácticas.

En último lugar, en la última ronda, llegaba el desconocido Denzelle Good, tackle ofensivo de la universidad de Mars Hill. Un diamante en bruto que se ha mantenido todo el año en la plantilla y que con la lesión de Castonzo ha tenido oportunidad de jugar. Es aún un proyecto, pero tanto el cuerpo técnico como la dirección general e incluso el dueño tienen mucha confianza en él como opción de futuro.

Una vez configurada la plantilla, llegaría la pretemporada y la temporada regular, pero hasta aquí llegamos hoy, que el ladrillo que os hemos dejado es importante y no queremos abusar de vuestra paciencia. En una próxima entrada analizaremos todo lo sucedido durante la temporada e intentaremos vislumbrar qué puede depararle el futuro a una franquicia que no ha pasado por su mejor año, ni mucho menos.







Fotografía: Brent Smith

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