jueves, 19 de noviembre de 2015

Análisis a mitad de temporada (Segunda parte: Ataque).



Si en la entrada anterior hablábamos de la defensa e intentábamos justificar de algún modo sus malas estadísticas, hoy pretendemos analizar a un ataque que ha lastrado al equipo con su nivel de juego desde el inicio de la temporada.

Que los Colts lo están pasando mal no es un secreto para nadie. Gran parte de los dedos acusatorios apuntan hacia el cuerpo técnico y la dirección general. Entre las medidas que se han decidido tomar para que mejore la situación de una ofensiva inoperante y autodestructiva, se ha cambiado de coordinador.

Hasta ahora, la tónica general ha sido la de un ataque indisciplinado, con una línea ofensiva que es un coladero, un QB que arrastra lesiones, malos lanzamientos y equivocaciones de novato y unos receptores que no consiguen abrirse. Es cierto que durante todo el año hemos visto al equipo responder en algunos momentos y jugar al nivel esperado, pero en la mayoría de las ocasiones ha sido tarde y en vano.


QUARTERBACK:

Todo pasa y todo empieza por aquí. Andrew Luck no ha estado fino. El astro ha empezado el año arrastrando lesiones, no ha lanzado bien y ha tomado decisiones que nos han dejado con la boca abierta. El que debería ser el motor no sólo de esta ofensiva, sino de todo el equipo no pasa por su mejor temporada. Entre lesiones y malas actuaciones, podríamos decir que Luck ha sido el mayor problema que ha tenido el ataque, y no andaríamos muy desencaminados. La presión, la mala relación entre la directiva y el cuerpo técnico, la poca protección y las lesiones; hay una infinidad de factores que pueden estar influyendo en el rendimiento de un QB que hasta ahora no había jugado tan mal. Es una lástima, más allá de las consecuencias que pueda acarrear en un futuro la lesión en el abdomen y el riñón, sobre todo si no se recupera como es debido y a su ritmo, que justo cuando Luck se mostraba como se esperaba de él y contra una de las mejores defensas de la NFL (si no la mejor), se podría perder todo el tramo final de la temporada.

La buena noticia es que Matt Hasselbeck ha respondido cuando se le ha necesitado y ha demostrado que puede comandar el ataque Colt. La edad no perdona y es posible que el bueno de Matt no pudiera rendir al mismo nivel durante toda una temporada, pero para lo que ha jugado y lo que le quedaría por delante, no parece que vaya a tener problemas. Gracias a su fiabilidad, Luck podrá recuperarse tranquilamente. Lo que queda por delante no parece tan duro a primera vista, con tres duelos divisionales que pueden salvar la temporada. Esperemos que Hasselbeck aguante el tipo, porque si se lesionara en las próximas semanas veríamos a los Colts jugando con Charlie Whitehurst bajo centro, algo que nadie quiere que pase.


LÍNEA OFENSIVA:

El que ha sido uno de los mayores dolores de cabeza durante los últimos años no ha faltado a la tradición esta temporada. Desde el cuerpo técnico y la dirección general se nos ha repetido durante toda la offseason que la continuidad iba a ser la clave de esta OL. ¡Miau! Se corta a Gosder Cherlius, se intenta reconvertir a Jack Mewhort en tackle para suplirlo, la cosa no funciona y tiene que regresar a su puesto de guard, para que sea Joe Reitz el que ocupe el extremo derecho de la línea. El center Khaled Holmes se lesiona y lo sustituye Jonotthan Harrison, que tras la recuperación de Holmes podría quedarse con el puesto. Vamos, que el único que no se ha movido y que lleva desde la primera alineación es Anthony Castonzo como left tackle. Les concederemos que llevan un par de semanas jugando a mejor nivel, tanto protegiendo el pase como abriendo camino para la carrera.

Uno de los grandes males de este ataque han sido los penaltis, la mayoría provocados por la línea ofensiva. Anthony Castonzo ha jugado a un buen nivel (el que se espera de él), pero es cierto que ha sido uno de los que más faltas ha cometido, lastrando el avance de su equipo.

La línea se ha mostrado más estable desde el cambio de posiciones entre Mewhort y Reitz, y a pesar de algún problema con los snaps, Harrison está demostrando ser un centro decente y una mejor opción que Holmes.

El gran fiasco del año ha sido el veterano Todd Herremans, que llegó desde los Eagles a contribuir con el colmillo retorcido del que conoce la liga desde hace años, pero ha sido relegado al banquillo por su juego pobre e ineficaz.

Por último, Hugh Thornton regresa a la titularidad como right guard, y por el momento no lo está haciendo tan rematadamente mal como lo hizo el año pasado, que ya es algo.

Parece que en las últimas semanas las piezas de una de las partes más importantes de cualquier ofensiva empiezan a funcionar como es debido. El esquema algo más sencillo de Chudzinski puede beneficiarlos, reteniendo menos tiempo el balón en manos del QB, y entregándoselo en más ocasiones al backfield.


RECEPTORES:

Es cierto que ni el QB ha estado bien, ni la línea le ha dejado mucho tiempo para lanzar, pero el cuerpo de receptores, salvo excepciones, no ha sabido abrirse en el campo, crear separación y conseguir jugadas.

T.Y. Hilton no ha tenido suerte con muchos de los pases que ha recibido. Se le ha lanzado sin estar abierto o con poca puntería. A pesar de todo, ha atrapado 43 recepciones para 703 yardas y tres anotaciones.

Donte Moncrief se ha consolidado como segunda opción. Ha sido fundamental para conseguir muchos primeros downs. Con un QB a pleno rendimiento ahora mismo tendría unos números de escándalo, pero sin embargo ha conseguido atrapar 39 recepciones para 429 yardas y cinco touchdowns.

Andre Johnson ha sido una decepción. Venía con muchísimo hype, pero no ha sabido estar a la altura. Algún destello de calidad, como contra sus Texans, pero nada que ver con lo que muchos imaginábamos que iba a rendir en Indianapolis. No parece que vaya a levantar cabeza, y con él ya tenemos otro Donnie Avery, otro Darrius Heyward-Bey, en fin, otro Hakeem Nicks.

Phillip Dorsett tuvo problemas como retornador y fue relegado del puesto por Whalen, que tampoco lo ha pasado bien. El receptor traído desde la U en primera ronda ha ofrecido buenas actuaciones en el papel limitado que ha tenido, demostrando que tiene potencial; pero hasta el año que viene no volveremos a verlo jugar por la fractura en la tibia que sufrió en el partido contra Nueva Orleans.

Hemos dicho que Griff Whalen ha sufrido como retornador, pero tras la lesión de Dorsett ha pasado a tener más protagonismo como receptor y su química con Andrew Luck, que viene del tiempo que compartieron en Stanford, se ha vuelto a hacer presente.


TIGHT ENDS:

Dicen que con el cambio de coordinador ofensivo los tight ends van a tener mucho más protagonismo. En sus tiempos mozos, Rob Chudzinski jugó en dicha posición, y empezó su carrera en la banda como entrenador de TEs.

La que iba a ser la mejor pareja de la NFL, se está quedando muy por detrás de los resultados conseguidos el año pasado. Los esquemas ofensivos de Pep Hamilton no han contado demasiado con ellos (uno de los aspectos que más se le han criticado), veremos cómo los involucra Chud de aquí en adelante.

Coby Fleener ha tenido un poco más de protagonismo a la hora de recibir. Luck le ha lanzado el balón en 51 ocasiones, consiguiendo 33 recepciones para 280 yardas (8,5 por intento) y dos touchdowns. El de Stanford dio un gran paso el año pasado al final de la temporada y esperábamos verlo como una pieza fundamental del ataque. No ha sido así; pero aún está a tiempo de aprovechar el nuevo esquema e intentar sobresalir.

Dwayne Allen no está siendo ni la sombra de lo que esperábamos de él. Ha vuelto a tener algún pequeño problema de salud. Relegado prácticamente por completo a tareas de bloqueo en la línea (trabajo que, por cierto, realiza a la perfección), Hamilton se había olvidado de sus dotes como receptor. Hamilton ya no está, así que esperamos verlo participar más, sobre todo en la end zone, en la que ha demostrado ser letal. Le han lanzado en 17 ocasiones que ha transformado en 8 recepciones para 75 yardas (8,3 por intento) y una anotación.

Jack Doyle, sin llegar a ser un factor, ha cumplido con su papel. Un tipo seguro, resolutivo y luchador que nos gustaría ver más minutos en el campo. En lo que va de año, ha conseguido traducir los 9 balones que se le han lanzado en 8 recepciones para 53 yardas (7,1 por intento) y 1 touchdown. Doyle es sinónimo de fiabilidad, entrega y trabajo.

Parte del secreto del éxito que esta ofensiva haya podido tener en el pasado se ha debido al trabajo de sus tight ends. Olvidarse de ellos como ha hecho durante todo el año Pep Hamilton no parece una buena idea. Es más que posible que Chudzinski recupere a su pareja, que tan buen rendimiento tuvo el año pasado, y la devuelva al lugar que le corresponde.


CORREDORES:

Dejamos para el final, uno de los pocos aspectos del juego que parece haber funcionado. A través de los medios, el cuerpo técnico no ha dejado decir que le iban a dar más y más importancia al juego de carrera. No ha sido así hasta las últimas jornadas, pero eso no quiere decir que el backfield no haya respondido.

Pongámonos en situación. Tras un par de años insistiendo con un juego de carrera que no funcionaba, se decidió abandonar casi por completo para fundamentar el ataque en el pase. Entonces se ficha a Frank Gore en la agencia libre para poder contar con un juego equilibrado. El ex de los 49ers ha tenido un par de problemas protegiendo el balón (3 fumbles, 2 de ellos recuperados por las defensas rivales), pero desde el inicio de la temporada ha demostrado estar en forma para poder correr la gran mayoría de los snaps. Se han tardado 6 semanas y varios cambios en el roster para que, al fin, se haya aprendido a darle el balón las veces que sean necesarias. En 148 acarreos ha conseguido 599 yardas (4,0 por intento) y cuatro anotaciones.

Los novatos Josh Robinson y Tyler Varga tenían muy buen aspecto tras la pretemporada, pero las lesiones les han condenado. El primero ha sido relegado al practice squad, donde tendrá tiempo para desarrollarse e intentar dar el salto al roster de 53 hombres. Varga sufrió una conmoción muy dura que lo ha tenido en la reserva de lesionados desde entonces. Ambos parecen buenas opciones con vistas al futuro, pero han sido relegados por culpa de las lesiones y por jugadores veteranos mucho más experimentados.

Uno de ellos es Ahmad Bradshaw, viejo conocido de la afición, que regresaba del olvido hace un par de semanas. Por el momento no ha conseguido mucho por abajo, pero ya lleva un touchdown de pase.

El otro es Zurlon Tipton que, sin ser un veterano, sí que sabe lo que es vestir una camiseta Colt en un partido profesional. El año pasado tuvo un papel destacado aunque, con la llegada de Bradshaw, sus posibilidades han mermado considerablemente.

El juego terrestre está funcionando, al fin. Se ha visto sobre el campo que cuando se ha confiado en Gore y no se ha abandonado la carrera, se le han dado muchas opciones al pase. Las defensas se cansan, se cierran, y dan muchas oportunidades de montar jugadas de engaño con éxito. Si se mantiene sano y con fuerzas, Gore puede llegar a completar unos números excelentes al final de temporada.


Después de lo visto contra los Broncos podría haber esperanzas para este ataque, pero la lesión de Andrew Luck es un golpe muy duro y frena el momento. Con Matt Hasselbeck a los mandos, el nuevo esquema de Chudzinski, más sencillo y vertical, y el juego de carrera al nivel que está mostrando ahora mismo, no debería ser complicado ganar un año más la división.

Si se mejora el juego en ataque, la defensa lo va a agradecer. La sinergia entre ambas unidades debería ser un factor clave a la hora, no sólo de encarar el final de la temporada, sino sobre todo pensando en lo que pueda estar por venir después, en playoffs.

Luces y sombras y muchas incógnitas alrededor de la que, sobre el papel, iba a ser una de las mejores ofensivas de la competición. La ducha de realidad ha sido importante. Veamos qué tal la encajan tanto los jugadores como el cuerpo técnico para darle la vuelta a la temporada y recuperar, aunque sea con timidez, la ilusión en la franquicia.







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