El futuro es ahora (Resumen de la temporada 2014/15).

Todo lo bueno tiene un final y, como no podría ser de otra manera, la temporada 2014/15 ha terminado para los Indianapolis Colts. Tras la derrota mayúscula frente a los New England Patriots en la final de la conferencia americana, los de la herradura vuelven a casa parar disfrutar de un merecido descanso.

Algunos aún tienen por delante el evento del Pro Bowl este domingo. Hasta 7 Colts han viajado a Phoenix para perpetrar ese extraño encuentro que enfrenta a las estrellas más populares de la NFL. El resto ya está de vacaciones.

Este año hemos visto a unos Colts que prometían mucho, pero que no supieron jugar a un buen nivel durante gran parte de la temporada, que han dado la impresión de ser un equipo con muchas carencias, pero que al final han llegado a jugar la final de la AFC.

La temporada 2014 comienza con el draft. A pesar de lo que la mayoría pensaba, Ryan Grigson decide traerse en su primera elección (en segunda ronda, pick 59 global) a un ofensive tackle. Jack Mewhort ha jugado 14 partidos como titular este año. Ha sido una pieza importante para esta línea ofensiva y es una opción de futuro. Como segunda elección (en tercera ronda, pick 90 global), Grigson se trae a Donte Moncrief. El receptor ha jugado este año 16 partidos, sólo 2 de ellos como titular. Ha atrapado 32 pases para 444 yardas (13,9 por recepción) y ha marcado 3 touchdowns. No está nada mal para un novato. Estamos seguros de que el año que viene tendrá más protagonismo y podrá explotar todo su potencial. Como tercera elección (en quinta ronda, pick 166), el general manager de los Colts decide traer a Jonathan Newsome. El linebacker ha sido toda una sorpresa y, ante la ausencia de Robert Mathis, se ha echado el peso del pass rush a la espalda. Como cuarta elección (sexta ronda, pick 203) se ficha al ILB Andrew Jackson, cuya presencia ha sido limitada durante los 13 partidos que ha jugado, consiguiendo 10 tackles y un sack. Por último, llegó el tackle ofensivo Ulrick John, que ha estado apartado del equipo durante todo el año por lesión. Parece que Ryan Grigson no ha tenido tan mal criterio este año con la gente que se ha traído de la NCAA.

En la agencia libre, las adquisiciones más sonadas han sido quizás las del WR Hakeem Nicks, el DE Arthur Jones y el retornador Josh Cribbs. Nicks no ha jugado como se esperaba de él, pero es cierto que ha ido de menos a más. No ha sido el factor que se esperaba que fuera en la endzone y en los 16 partidos que ha jugado ha conseguido atrapar 38 recepciones para 405 yardas y ha anotado 4 touchdowns. Arthur Jones ha conseguido 23 tackles y 1 sack y medio en los 9 partidos que ha jugado. Josh Cribbs ha tenido buenas actuaciones retornando punts y kickoffs, pero ha cometido errores, como durante el último partido en la final de la AFC. Los movimientos que han salido más rentables en la agencia libre han sido, sin duda, recuperar a Ahmad Bradshaw y a Vontae Davis.

Sentadas las bases de la plantilla, en agosto el equipo se enfrenta en pretemporada a Jets, Giants, Saints y Bengals. Se pierden los 4 partidos, pero con buenas actuaciones de los titulares durante los primeros cuartos. Evaluar un partido de pretemporada es una de las cosas más complicadas (y más absurdas) a las que uno se puede enfrentar. La descompensación entre los equipos, en los que durante algunos minutos se enfrentan titulares indiscutibles contra novatos de quinta ronda, la selección de jugadas y la nula validez del resultado hacen que podamos sacar muy pocas conclusiones de estos cuatro partidos.

A lo largo de la temporada se ha jugado de forma muy irregular. Se han ganado todos los partidos divisionales durante un año en el que los Texans han sufrido mucho en la posición de QB y no se han clasificado para playoffs; se han ganado partidos contra equipos con récords negativos como los Giants o los Redskins; se ha conseguido ganar también a equipos de playoff como los Ravens o los Bengals; pero a la hora de la verdad, contra rivales fuertes como Broncos, Eagles, Steelers, Patriots o Cowboys se ha perdido sin remedio. Si bien es cierto que contra Denver y Philadelphia hubo opciones de ganar, las palizas en Pittsburg, Foxboro y en casa contra los Boys fueron de escándalo.

No se ha jugado bien. Se ha sufrido mucho en defensa, sobre todo contra equipos con buenas ofensivas y buenos quarterbacks. Se empezó jugando bien en ataque (al pase), pero durante las últimas semanas ni siquiera la ofensiva parecía funcionar. El juego de carrera y la defensa contra la carrera son dos de los aspectos que más han preocupado al aficionado. La cobertura en defensa a tight ends y a corredores recibiendo pases ha sido también un grave problema.

Un calendario no demasiado difícil ayudó a que los Colts se proclamaran campeones de la AFC Sur, clasificándose para playoffs, y terminaran el año con un récord de 11-5.

En postemporada hemos visto, durante las dos primeras rondas, a un equipo que parecía algo más maduro que en temporada regular. Se venció cómodamente a unos Bengals que sin el WR estrella A.J. Green no ofrecieron mucha batalla. Se venció también contra unos Broncos que se dejaron llevar por completo por la mala actuación de su QB. Y entonces llegó la final de conferencia. Los fantasmas. El horror. Como todos sabemos, los Patriots engulleron, masticaron y luego escupieron a unos Colts totalmente "desinflados".

Los Colts han dejado claro que son un equipo con grandes defectos, pero también con grandes virtudes. Cuentan con un QB franquicia que promete dar mucho football durante la próxima década. Si consiguen reunir algo más de talento a su alrededor, deberían ser contendientes durante los próximos años.

El equipo regresa a casa y, más allá de lo que pueda suceder para los 7 jugadores convocados para el Pro Bowl, muchas preguntas surgen con vistas a la temporada que viene. Ryan Grigson y sus asistentes tendrán que dar con la fórmula secreta que arregle a golpe de draft y agencia libre unos problemas que, gracias al partido contra Nueva Inglaterra, han salido a la luz con más brillo que nunca. Hay que reforzar la OL; hay que reforzar el pass rush; hay que reorganizar el juego terrestre; hay que traer nuevos receptores; y, sobre todo, hay que recomponer por completo la organización del juego defensivo contra la carrera.

A partir de las próximas semanas, el front office de los Colts tendrá que ajustar los nuevos contratos de la generación de 2012, empezando por Andrew Luck y siguiendo con T.Y. Hilton o Dwayne Allen. Tendrán que realizar una labor impecable para mantener a toda costa a estos tres jugadores sin que el salary cap se vea completamente comprometido.

Reggie Wayne, el receptor veterano y favorito de los fans aún no sabe si regresará el año que viene. Dice que aún tiene que pensarlo. El próximo curso cumple 37 años, y esta temporada se ha visto muy limitado por culpa de las lesiones. En este caso, o juega con los Colts o se retira. Si está mentalmente convencido y se ve físicamente preparado, contar con el futuro miembro del Ring of Honor de la organización y posiblemente hall of famer, será una buena noticia.

Hay muchos jugadores en la UFA (agencia libre sin restricciones). Reggie Wayne es uno de ellos, pero la decisión de volver es sólo suya. En esta lista hay jugadores que sería muy importante conservar: Cory Redding (DE), Darius Butler (CB), Joe Reitz (OL), Sergio Brown (S), Mike Addams (S) e incluso Ahmad Bradshaw (RB). Sería interesante convencer al QB Matt Hasselbeck de que volviera por un año más. Dicen que es uno de los mejores amigos de Andrew Luck y tenerlo en la banda es un seguro de vida si algo le pasara al de las barbas. Hay otros nombres como Hakeem Nicks (WR), Colt Anderson (S) o Josh Gordy (CB) que, en cambio, no deberían renovar.

Dentro de la RFA (agentes libres con restricciones), sería interesante conservar a jugadores como Jerrell Freeman (LB), A.Q. Shipley (C) o Daniel "Boom" Herron (RB).

Hay mucho trabajo por delante, tanto administrativo como deportivo. Hay que hacer muchos reajustes, porque el objetivo de los Colts el año que viene debería ser jugar el Super Bowl. Hay que inventar una forma de ganarle a los Patriots. Hay que volver a saber ganarle a los equipos grandes, aunque sea a base de remontadas en el último cuarto.

Queda mucho movimiento todavía para los seguidores más hardcore, y el desierto que empieza el 2 de febrero promete estar interesante a pesar de todo. El futuro de los Colts está ahora en manos de la gente de las oficinas, que tiene que hacer su magia para que en agosto, cuando comience la pretemporada, esté todo en su sitio.

Fotografía: J. Michael Anderson.